¿Qué y a quién hemos de creer?

Hace unas semanas, el periódico ‘El País‘ cometió uno de los errores más flagrantes que un medio de comunicación puede cometer: publicar una información falsa. En este caso, una imagen del (aún) presidente venezolano, Hugo Chávez, que presuntamente aparecía con una careta de oxígeno, intubado y en un aparente estado de máxima gravedad. El problema es que, como se supo apenas unos minutos después de haber lanzado la foto, el paciente era un señor mexicano que nada tiene que ver con el dirigente bolivariano y que se sometió a una cirugía no ahora sino en el año 2008.

La portada de la discordia que nunca debió ver la luz
La portada de la discordia que nunca debió ver la luz

El País‘, para más datos, colocó la imagen en portada y la acompañó, justamente, del motivo por el cual JAMÁS debería haber publicado la misma: porque no la tenía comprobada. Error mayúsculo que desató una lógica mofa internacional hacia el diario más importante de España. Luego ya vendrían los inexcusables e increíbles excusados por parte de su dirección, en los que la culpa, como aquel que dice, fue del ‘cha-cha-chá’.

Pero aún hubo más. El error de ‘El País‘ fue motivo para que su gran rival, ‘El Mundo‘, presumiera y sacara pecho por no haber comprado ni publicado la foto, en un ejercicio de responsabilidad, democracia redaccional y de ética. Así, Pedro J. se encargó de narrar el cómo a ellos no se la colaron. Pudo adornar la historia como quiso pero sin estar comprobada no se publica y eso es sagrado sea cual sea la línea editorial.

Hasta aquí, la introducción. El caso es que, como digo, el fallo de ‘El País‘ fue reflejado por una inmensa cantidad de medios del mundo, que se hicieron eco sin miramientos de cómo un prestigioso diario acabó por meter la pata en algo que es de 1º de Periodismo. Sin embargo, otros medios fueron un poco más allá y en su afán por contar la historia desde todos los vértices, no midieron de dónde (copiaron) sacaron la información. Es por ello que una web de Perú se hizo eco no solo de la noticia original sino del hipotético enfrentamiento dialéctico posterior entre Javier Moreno, director de ‘El País‘, y su homólogo de ‘El Mundo‘. Ambos, rezaba la información, se retaban a través de tuits cruzados en los que, por ejemplo, Pedro J. instaba a Moreno con frases como «ven tú si tienes huevos», entre otras lindezas.

Pelea, Pelea
Pantallazo de la pieza de ‘El Mundo Today’

Sería un historión, qué les voy a contar, si no llega a ser porque la fuente de la que bebió ‘Peru.com‘ fue ‘El Mundo Today‘, cuya primicia, titulada ‘Los directores de El Mundo y El País quedan para pegarse‘, reflejaba toda la escena. Lo llamaron GOL, con sorna pero con mucha y merecida corrección.

El caso es que estos ‘goles’ son más habituales de lo que parece. Visto del lado de las redacciones, de cómo se trabaja en los medios, a veces resulta milagroso que no se meta la pata. Porque en un gran porcentaje se tira de teletipos que rara vez se leen y/o corrigen. El problema ya no es el daño visual que hace ver faltas de ortografía en lugares que deberían velar más que casi ningún otro para defender el correcto uso del lenguaje. El problema es que, en muchas ocasiones, se miente. Sin querer o queriendo, pero se miente. ¿Por la rapidez en la edición de la noticia?¿Por dejadez, comodidad?

Hace un mes, aproximadamente, una mujer belga se perdió por culpa del GPS y acabó en Zagreb. Ups. El titular es el mismo incluso para las piezas que los grandes medios (excepto ‘El País’, que aquí sí estuvo fino) publicaron, firmada por corresponsales. Así de primeras, el «estuve distraída» con el que se justificó la mujer parecía una excusa vaga, sobre todo si en la plantilla de texto que se vio en todos los medios era el único motivo junto al presunto fallo de los satélites. Me indignó la noticia porque, como en el caso de la pelea entre Pedro J. y Moreno, parece que nadie se paró a pensar que algo no cuadraba.

Bruselas-Zagreb. ¿Nadie pensó que había algo más extraño que un despiste detrás de la historia?
Bruselas-Zagreb. ¿Nadie pensó que había algo más extraño que un despiste detrás de la historia?

A nadie se le ocurrió buscar más, ni siquiera al corresponsal. Es más, por las reacciones que vi en mi entorno y por lo visto en las redes sociales, resultó obvio que la señora era carnaza para la mofa popular. Sin saber la verdad, que únicamente se leyó en blogs y nunca como complemento a las noticias de los periódicos, lo que les hubiera permitido apartarse de la vertiente más peyorativamente frívola con la que afrontaron la noticia. Porque ustedes me dirán si el hecho, titulado como se tituló, no parecía algo escrito por un ‘El Mundo Today’ en versión belga. Parece que nadie lo pensó. Porque la ‘loca’ que recorre 1.500 kilómetros por despiste y lee carteles en varios idiomas distintos, resultó que tiene demencia senil. O sea, que no debería haber sido noticia. Ni por despiste ni por su lapsus. Bastante drama tendrá ya en casa su familia.

Tanto el de Chávez como el de esta señora belga son dos ejemplos. Hay mil. Tanto afán por ser el más rápido y por ofrecer lo máximo en cantidad que la calidad ha dejado de ser un parámetro para el periodismo. Si ya ni se controla lo que se publica. ¿Qué y a quién hemos de creer? Alabadas sean las posibilidades de Internet.

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